Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua las tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde”. Juan 2:7.

Este es el relato del primer milagro que Jesús realizó durante su ministerio terrenal. Llama la atención que solo Juan lo registrara, ya que ninguno de los otros evangelistas lo mencionan.

Tres días después del llamamiento de los primeros discípulos, Jesús es invitado a participar de un casamiento. Este era un evento social de larga duración, que marcaba la obligación de pasar tiempo con mucha gente. Hago estos dos comentarios porque hay gente que parece creer que la vida de monasterio es la mejor opción para los cristianos. No se quieren mezclar con nadie. No sonríen a nadie. No hablan con nadie. ¡Esa no es la religión de Jesús! El cristianismo es una religión de alegría, de abrazos, de amor práctico.

Jesús participa de las bodas junto con su madre, sus hermanos y sus discípulos. Al final de la historia, ellos volverán –todos juntos– a Capernaúm, donde pasarán unos días. Es interesante que aquellos que dedican tiempo para “criticar” la respuesta de Jesús a María al inicio de la historia, normalmente no tienen tiempo de llegar hasta el final para leer este pasaje. Es lógico: si ocupamos nuestro tiempo en criticar, no lo podemos usar para observar las cosas buenas de los demás.

El trabajo de los sirvientes, en las bodas de Caná y en todos los otros momentos de la historia, fue obedecer. Calculo que debe ser ese el motivo por el que nadie quiere ser sirviente. El sirviente no manda, no ordena, no tiene la obligación de pensar; solo debe obedecer. Esa es su única responsabilidad. Obedecer rápido y cumplir la orden bien; de otra manera, ni siquiera van a decir que somos buenos sirvientes.

El problema del reino espiritual es que tenemos solamente dos opciones: somos sirvientes de Dios o lo somos del enemigo de Dios. Es decir, lo único que puedes elegir es obedecer a uno o al otro. No hay otra posibilidad. En los dos casos, tu amo (sea el mejor, sea el peor) esperará que obedezcas rápido y bien las órdenes que te dé. ¿Entiendes tu situación?

Si eliges obedecer a Cristo, como en la historia de esta boda, recibirás las mayores bendiciones que jamás hayas soñado.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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